Sánchez elude la autocrítica en el coronavirus y chantajea a la oposición con los Presupuestos
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha comparecido este miércoles en el Congreso para defender su plan de actuación frente a la epidemia del coronavirus
Sigue en directo la última hora del coronavirus y del estado de alarma en España
La epidemia del coronavirus arrasa ya con 11.826 contagiados y 533 fallecidos, pero el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha demostrado una vez más su capacidad para despachar cualquier asunto, incluso de tal gravedad, sin autocrítica.
«La epidemia ha desbordado las previsiones de todos, comenzando por la OMS», ha resuelto este miércoles, en su intervención en el Congreso de los Diputados, donde ha explicado el plan para hacer frente a una pandemia ya descontrolada.
Sánchez se ha presentado ante un plenario inédito -sólo una treintena de diputados han acudido a la Cámara, guardando las distancias en los escaños-envuelto en eufemismos. Ha insistido una y otra vez en su consabida teoría de que «la respuesta al coronavirus no es estática, es dinámica» y que los «escenarios se adaptarían a la casuística del virus». Ha apelado a la «proporcionalidad», ha destacado que «cada pandemia tiene sus singularidades» y ha resuelto que «con lo que sabemos hoy el mundo no habría actuado como actuó ayer». El presidente no ha dejado escapar un ápice de responsabilidad de su gabinete. «El estado de alarma se decretó cuando se confirmó que era imprescindible», ha defendido, «porque los derechos que restringe son lo suficientemente valiosos para ser preservados».
En su lugar, Sánchez ha atacado indirectamente la gestión del PP, enfatizando a la sanidad pública frente a los recortes -en este contexto, ha anunciado una comisión de estudio sobre el estado de la sanidad cuando pase la crisis-o criticando los retrasos en la ley de dependencia. También ha elogiado el papel de los servicios públicos, obviando que los hospitales privados son ya imprescindibles para asegurar la atención de la epidemia.
El socialista ha dedicado hasta quince minutos de su discurso a hacer un recorrido por las crisis pandémicas que han sacudido a la humanidad, para llegar a la conclusión de su «difícil predicción» y de que la «experiencia es difícilmente aplicable» en casos posteriores.
Después, ha defendido las medidas adoptadas por su Gobierno, que durante semanas negó la crisis pese a las advertencias de los organismos internacionales, autorizando y alentando incluso las multitudinarias manifestaciones del 8-M.
Presupuestos
El socialista ha anunciado que, una vez superada la epidemia, presentará unos Presupuestos «de reconstrucción». En este contexto, ha apelado al apoyo de todos los grupos.
«Tiempo habrá para hacer oposición, estamos al principio de la legislatura», ha dicho, avanzando que serán unas cuentas «extrasociales». Con ellas aprobadas, Sánchez se asegura un cómodo colchón para seguir en La Moncloa.
No ha habido más novedades de las relatadas estos días atrás. Las del real decreto aprobado el sábado para, entre otros, limitar la circulación de los ciudadanos. Las del plan económico adoptado ayer martes. Una retahíla de medidas leídas al dedillo por el presidente, punto por punto.
Sánchez ha dibujado un panorama desolador con un horizonte a la larga -el primer reto es ‘doblegar’ la curva, después estabilizar los contagios, y más tarde, que estos empiecen a caer- y ha apelado al cierre de filas con la oposición, muy crítica con su inacción ante la crisis. «Llamo a la unidad política. Una pandemia de estas características es un enemigo de todos y por todos debe ser combatido», ha aseverado.
La epidemia, mientras, sigue incontenida. Con los servicios hospitalarios al borde del colapso, la previsión es que el número de casos siga en aumento aún durante varios días.
Sánchez ha vuelto a colocar la responsabilidad en los ciudadanos. «Hasta que la vacuna llegue, nosotros somos la vacuna», ha dicho.